DEPORTE EN ETRURIA

 El pueblo etrusco se asentó en la actual región italiana de Toscana, pero con el tiempo llegó a abarcar, entre los siglos VIII y III a.C., gran parte de Italia. Etruria comprendía la región situada entre el Arno y el Tíber, en la península Itálica.

Existen diferentes hipótesis en torno a su origen, se les considera procedentes de Lidia, en Asia Menor, o bien fruto de la rápida evolución de una población protoitálica autóctona.

El arte etrusco es heredero del mundo helénico e influirá en el arte romano.

La civilización etrusca precedió en el tiempo al Imperio romano, constituyendo una de las civilizaciones más significativas e importantes para la historia del Mediterráneo.

                                                             "LUDI SACRI"

El primer texto que nos relata el origen de ciertos juegos etruscos procede de Heródoto. En él se hace referencia a los "ludi sacri", juegos gimnásticos y juegos ecuestres, que parecen una constante en las representaciones etruscas. Se celebraban con ocasión de las asambleas anuales. Esta periodicidad y la elevada profesionalidad lograda por los atletas, hacen suponer, a pesar de la ausencia de restos arquitectónicos, que debió de existir una adecuada infraestructura para la realización de actividades deportivas. Tal hipótesis encuentra su fundamento en el fresco de Tarquinia donde aparecen tribunas cubiertas para espectadores. Una importante serie de pinturas de las tumbas etruscas se refiere a juegos y espectáculos. La influencia griega es patente.

                                                      EL RITUAL FUNERARIO

Los juegos gimnásticos estaban ligados también a los ritos en honor de los difuntos. El ritual funerario etrusco era muy importante. En él encontramos practicas como la exposición del cadáver, procesiones y banquetes que culminaban con la celebración de unos juegos fúnebres.

Sus tumbas, el ajuar y la decoración nos informan de unos gustos y costumbres propios de la aristocracia. Resulta singular la representación de imágenes festivas, tales como danzas o escenas circenses, que curiosamente corresponden a los banquetes funerarios en los que los familiares rendían homenaje a los difuntos. 


En las pinturas de la tumba de los Augures en Tarquinia, se representan escenas de lucha celebrada con ocasión del sepelio del difunto en ella enterrado. El artista abandonó el mundo del mito y se inspiró en escenas tomadas del mundo real.


En una escena dos púgiles desnudos y colocados de perfil combaten en lucha libre cogidos por las muñecas, entre tres grandes calderos superpuestos. La técnica empleada es el fresco, pintándose sobre el estuco con dibujos subrayados a punzón. Similares a estos grandes juegos aparecen otros vinculados a las ceremonias funerarias. La muerte de un miembro de la aristocracia era la ocasión propicia para ofrecer al difunto una serie de actividades que rompían la monotonía de la vida cotidiana.

En su honor se celebraban banquetes y se preparaban competiciones deportivas, la carrera, el salto, los lanzamientos, las luchas, la hípica, salto con pértiga, aparecen recogidos en la iconografía sepulcral.

En el año 509 los etruscos fueron expulsados de Roma. Según la tradición, el último rey romano de origen etrusco, Tarquino el Soberbio, fue exiliado tras una revuelta de la nobleza. Con este acontecimiento terminaba la Monarquía en Roma para dar paso a la República y comenzaba el declive de la civilización etrusca.





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